Freddy Ginebra, el tíguere de Casa de Teatro, por fin está cumpliendo su sueño de ser actor de cine y está metido de lleno en los preparativos para celebrar los 50 años de su refugio artístico. Es un regalo que se está haciendo a sí mismo y ya tiene un corillo de cómplices para montarla en grande.
—¿Es de mala educación preguntarle a un señor de 80 años si le preocupa la muerte? ¡Nooooo, para nada!
Todo el mundo en el barrio sabe quién es Freddy. Este hombre ha hecho de todo: publicista, banquero, escritor, y más. Ahora, a los 80 años, está gozando de su sueño de ser actor, brincando de un rodaje a otro. Aunque siempre le toca el papel de abuelo, hay una película que viene por ahí donde una francesita se enamora de él. ¡Ojalá uno a esa edad también!
Freddy ha pasado por dos traiciones fuertes en su vida, aunque una ya está superada. Se ha quedado pela’o una vez y lo han botado de un trabajo.
—En dos horas tienes que volver a un rodaje…
Ya va por su película número quince, "La novia del Atlántico", dirigida por Celinés Toribio y Vicente Peñarroya. En el elenco están Iván Sánchez, Cheddy García y Frank Perozo. La peli trata sobre los feminicidios y está llena de mujeres en el equipo, ¡90%!
—¿Te gusta ser actor?
Ser actor de cine es lo que más me gusta ahora mismo. Me aprendo los diálogos fácil, y a mis 80 años, no tengo que meterle mucha cabeza. Disfruto los rodajes, aunque me gustaría que hubiese más papeles de viejos.
—¿El cine ha cambiado tu vida?
Mi vida es un lío que yo mismo he armado. Siempre he querido seguir mis sentimientos y hacer más de lo que la vida parece ofrecer. Odiar las injusticias y el sufrimiento innecesario me ha empujado a usar el arte para abrir puertas y oportunidades. Así no tengo que pelear con el mundo todos los días.
—Una oportunidad que llegó a los…
Mi carrera en el cine arrancó a los 72 años. Ahora estoy emocionado con una película basada en mi monólogo "A veces grito", que escribí hace 60 años. La dirigió César Rodríguez y la ambientó en la época de Trujillo. ¡Estoy emocionadísimo! Además, viene una peli mexicana de vampiros donde tengo un nieto vampiro. Y en otra, "Mon amour", me toca el sueño de un viejito, tener una francesita de 30 años enamorada de mí.
—Eso debe ser lo máximo.
Eso ¡es! lo máximo. Es tan divertido que yo les pagaría, pero me pagan a mí…
—Decidiste dejar la publicitaria en manos de tus hijos y cambiar de vida. ¿Fue una decisión radical o una transición?
Fue un cambio radical. La presión de la publicidad me tenía harto. La gente ve el resultado final, pero es mucho más complicado. Con las redes sociales, todo ha cambiado y ahora se mide hasta las horas de sueño.
—¿Cuántas veces te has arruinado?
Una sola. Pero de ahí aprendí todo. Tengo un ángel que me cuida, me lo dijeron y lo he sentido. En momentos difíciles, siempre pasa algo que me salva.
—¿Quién te dijo que tienes un ángel?
Siempre he sido religioso. Una vez, una amiga me llevó a un lugar de oración y me dijeron que tenía un ángel grande que me protegía. Desde entonces, siento que algo me cuida.
—Eres creyente, católico y practicante.
Sí, soy creyente, católico y practicante.
—¿Te preocupa que las iglesias protestantes crezcan más en el país?
No me importa. Soy un creyente libre. Mientras prediquen el evangelio de Jesús, que lo hagan. Creo que todos los caminos llevan al cielo. Dios es misericordia.
—Se echan de menos homilías como las de Monseñor Arnáiz…
Claro, él me enseñó a ser abierto. La Iglesia está dando pasos gigantescos.
—¿Es de mala educación preguntar a un señor de 80 años si le preocupa la muerte?
¡Nooooo… para nada! La espero con alegría. Tengo gente querida que ya se ha ido. Lo que temo es una muerte trágica o dolorosa. Creo en la eternidad, ¡si no mis amores se quedarían por la mitad!
—¿Cuántos amigos de verdad tienes?
Todos. Mi corazón es una guagua.
—Hablas como si nadie te hubiera defraudado nunca…
He aprendido que cada quien da lo que puede. Me he sentido traicionado dos veces, pero una se superó.
—¿La vida es corta o larga?
Corta. Debería haber empezado antes con el cine.
—¿El país está mejor?
No sé… el mundo se ha deshumanizado. La gente mide todo por lo que rinde y eso no me cuadra.
—¿Cómo se aprende a disfrutar tanto?
Cada día es especial. La vida es esta noche… es mi lema.
Freddy está a full con la “gran fiesta de mi vida“, celebrando los 50 años de Casa de Teatro. Artistas de España y Latinoamérica ya están anotados, y hasta el Ayuntamiento y empresas han metido mano con el apoyo. Si aparece dinero para otras cosas, ¿por qué no para celebrar una institución tan bacana?
—Si tuvieras que empezar ahora Casa de Teatro, ¿lo harías con los urbanos?
Ufff… creo que no. Me ha costado entenderlos. No entiendo su falta de moralidad.
—¿Pero les encuentras algún valor artístico?
Para nada, es feo. Soy un romántico empedernido.
—En julio, entonces, es la gran cita…
Así es. Es mi premio por haber perseverado y soñado. Voy a hacer una fiesta en la que, si pudiera, invitaría a todo el pueblo dominicano.
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