Fito Páez dice: "Las utopías no sirven finalmente pa' na'"

Mira, mi hermano, te voy a contar cómo es que Fito Páez, el duro de Argentina, está en una onda diferente. El tipo está desencantado de la política, como quien dice: "las utopías no sirven finalmente para nada". Él está en otra vuelta, buscando la manera de sacarle provecho a este tiempo raro que vivimos, que él llama "el fracaso de las políticas de izquierda", para seguir en su incansable "búsqueda" creativa.

"Esa vaina es que encuentro esta era muy estimulante", suelta Fito en una entrevista con EFE, allá en Madrid, adonde va a llegar en unos días con su nueva gira.

Esto pasa poco después de que lanzó su disco más ambicioso, Novela (2025), que es como una película y una sinfonía al mismo tiempo, y se está preparando para escribir un ensayo sobre el papel de la música en este "nuevo orden mundial".

El 5 de julio en Barcelona, Páez (que es de Rosario, 1963) arranca una nueva serie de conciertos por España. Esto es en parte para volver a conectar "con la fabulosa diáspora argentina y su demanda entre nostalgiosa e identitaria", que lo llevará también a Madrid el 8 de julio, Valencia el 10, y Marbella el 14.

"Así (mis compatriotas) recuperan la identidad que encuentran perdida por la distancia, por el agobio, el trabajo y el exilio involuntario", explica sobre toda esa gente de Argentina que vive en España, que es una de las razones por las que ha estado visitando más a menudo últimamente.

La otra razón es que ha firmado con Sony España un nuevo contrato discográfico con "un equipo muy cálido", donde ha encontrado "muchísimo apoyo ante una obra complejísima como Novela", y le han dado "vía libre", dice él.

Fueron 36 años hasta que por fin completó este proyecto que comenzó en 1988, una obra de 25 temas, donde también participa la actriz, dramaturga y realizadora Lorena Vega.

Cuenta la historia de unos muchachos "a contracorriente" en un pueblito perdido de Santa Fe (Argentina), donde Fito pasó su "infancia rural".

"Tenía una fantasía originaria que era hacer el álbum y filmar la película, pero de donde yo vengo ese escenario era casi imposible".

"Era como ponerme una utopía y finalmente las utopías no sirven para nada", opina Fito, ahora mucho más desencantado que hace 30 años cuando empezó con el proyecto.

Él dice que ese desencanto está "casi al 100 % con el fracaso de las políticas de izquierda, del marxismo europeo y del americano".

Menciona a filósofos y activistas como el italiano Franco Berardi, conocido como Bifo, porque piensa que hace falta una autocrítica que, según él, tampoco se ha dado en su país.

"Yo (la Argentina de Milei) la vivo junto a mis hijos y no me gusta, pero entiendo que había procesos impostergables que realizar dentro de la economía argentina y entiendo también que es un gobierno elegido cada cuatro años y que no ha habido una autocrítica abierta de las fuerzas que hicieron posible que Milei esté hoy", reflexiona.

Parte de su análisis lo está escribiendo en un ensayo que va a publicar pronto, titulado La música en tiempos de demencia masiva.

Se trata "sobre el significado ontológico de la música y sus derivaciones, sobre qué es, no en términos infantiles, sino ligado a los poderes de turno y el nuevo orden mundial que arrancó a finales de los 80, con situaciones bien complejas que generan parte de la estética de lo que se llama latino".

Fito dice que una de las consecuencias de esos cambios es "la desaparición de la melodía y la armonía en la música", y no es una opinión, sino un hecho, asegura, al igual que ver a gente "lucrándose con la música sin ningún interés por su lenguaje comunicativo, curativo y trascendental".

En contraste, a sus 62 años, él sigue metido en su oficio "al laboratorio, a la búsqueda, al proceso, a la artesanía musical que se desarrolla en el tiempo, siendo el tiempo el gran maestro que decanta la obra", como ha hecho con su Novela.

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