La gente sigue llegando con los ojos rojos y la voz temblorosa, preguntando por sus familiares en los centros médicos. La incertidumbre, el dolor y la esperanza se sienten afuera de los hospitales después de la tragedia en la discoteca Jet Set. Familias enteras llegan, con los ojos enrojecidos y la voz temblorosa, buscando a los suyos.
Chequean listas, buscan entre los heridos y las fotos puestas, agarrados a una esperanza que no quieren soltar. Hasta ahora, 24 personas siguen en los hospitales de la Red Pública, y más de 260 han recibido apoyo psicológico pa' tratar de entender lo que pasó.
Silvelis Valdez es una de las que anda buscando a su familia. Llegó al Hospital Darío Contreras con una foto de su sobrino Omar Ogando, esperando ver su cara en alguna lista. Pero el dolor y la angustia de la espera siguen ahí.
"Le oramos a Dios, le pedimos que esté bien, aunque esté herido; lo importante es que esté vivo. Y si había alguien con él, que lo cuidara hasta que llegara la ayuda", dijo Valdez, con la voz rota por la desesperación.
Miguel Rodríguez, otro que anda de hospital en hospital buscando a su hermana, está en la misma situación. La desesperación se siente, pero el amor mantiene viva la esperanza. En cada paso, en cada búsqueda, sigue la fe de que sus parientes puedan estar vivos o heridos.
La incertidumbre es lo único que une a estas familias con la esperanza de que sus seres queridos vuelvan, aunque el dolor siga presente en sus corazones. Mientras Miguel y Silvelis luchan con su angustia, más gente se une al dolor colectivo.
Familias y amigos dejan fotos de sus seres queridos en cada hospital, esperando que alguien los reconozca o que su nombre aparezca entre los heridos o desaparecidos.
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