Oye, compay, los muchachos tienen que ir a la escuela, juntarse con los panas y jugar. La escuela es el sitio donde ellos aprenden lo que necesitan pa' vivir con la gente: hacer amigos y manejar sus vainas con los demás.
Los carajitos tienen que aprender a cuidarse, a decir "no, no me hagas daño" cuando alguien quiera pasarse de la raya. Eso de defenderse es clave. En la escuela, siempre hay alguno que quiera empujarlos, darles un cocotazo o morderlos.
Tienen que saber bregar con eso, mientras también hacen amigos y son panas con los demás. Es esencial que encuentren a alguien de su edad pa' hablar y jugar. Por eso, ¡tienen que ir a la escuela! Si no van, hay que buscar la forma de llenar esa necesidad.
¿Cuándo van a aprender a hacer cosas juntos, ayudarse y compartir lo que saben? Todo eso es buenísimo y saludable.
Los humanos, y más los niños, tienen que aprender a socializar. Si un carajito está siempre solo, no habla, es tímido, nunca cuenta nada y le gusta estar solo, es una señal de que algo le pasa.
Lo normal es que jueguen, se fajen —sin pleitos fuertes, ni mucha agresividad—, pero que se fajen y digan "no" a las ofensas. Ese intercambio es muy bacano pa' aprender a poner límites y también disfrutar de la amistad. Eso es lo que debería ser.
Si el niño no aprende esas cosas en la escuela y con los hermanitos, va a tener líos pa' relacionarse. ¿Por qué? Porque esos trucos no se aprenden con los adultos. No, mi hermano.
Los muchachos que solo viven en el mundo de los adultos y no tienen amigos de su edad, después van a tener problemas pa' relacionarse con los demás.
Vinimos al mundo pa' compartir, aprender y crecer con el otro. Y eso hay que fomentarlo en nuestros hijos. Los muchachos tienen que aprender con gente de su edad, porque si no van a estar en desventaja. Si solo están con adultos, siempre van a vivir en un mundo que no es el de ellos.
El carajito empieza aprendiendo con sus iguales. Tenga eso en cuenta. Y, por su bien, haga que estudie en una escuela, en la sociedad.
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