Madrid pa' el cine: una de las ciudades con más turistas en Europa, también está alante en rodajes.
No solo es la capital política y cultural de España, sino que Madrid se ha convertido en un verdadero estudio de cine al aire libre. Sus calles, edificaciones históricas y paisajes urbanos modernos han sido el escenario de grandes películas, series y anuncios que no solo muestran su belleza, sino que también refuerzan su rol como epicentro audiovisual del país.
En la última edición de los Premios Platino, un coro de periodistas, incluyendo gente de Diario Libre, recorrieron la ciudad pa' ver cómo Madrid se ha metido de lleno en el cine como herramienta pa' promover la economía, la cultura y el turismo. Esta estrategia, según sus responsables, ya está dando buenos resultados.
Raúl Torquemada Melero, el que dirige la Madrid Film Office del Ayuntamiento de Madrid, dice que 2024 fue un año clave pa' la industria audiovisual en la ciudad. "Madrid se ha consolidado como epicentro de la actividad audiovisual de España, con 41 películas, 53 series y más de 430 anuncios rodados en la capital, además de otros proyectos", señala.
La Madrid Film Office, que le da soporte a las productoras y cineastas, vio un aumento del 18% en sus servicios ese año, con un total de 3,853 asistencias a la industria. "Cada año se incrementa este servicio, lo que demuestra el interés creciente por rodar en Madrid", recalca Torquemada.
El éxito de Madrid como set de rodaje se debe a una mezcla de cosas: la colaboración entre lo público y lo privado, el talento local, la llegada de nuevas empresas, y un compromiso institucional claro. "Contamos con un gran equipo profesional y el respaldo de la Dirección de Turismo del Ayuntamiento", agrega.
Rafael Sánchez, que lleva la comunicación de los Premios Platino, dice que apostar por eventos internacionales como este también ayuda a poner en el mapa el potencial audiovisual de Madrid. "La ciudad ha sabido incorporar todos los medios de difusión posibles para mostrar su capacidad de albergar grandes rodajes", explica.
Por su parte, Samuel Castro, codirector de Iberseries & Platino Industria, resalta el papel estratégico de Madrid como puente entre América Latina, Estados Unidos y Europa. "Estamos en un momento clave para expandir la visibilidad y competitividad de las producciones iberoamericanas en el escenario global", afirma.
Madrid ha visto pasar y ha sido parte de muchas películas y series, desde los clásicos del cine español hasta producciones internacionales. Desde el cine de Edgar Neville y Luis García Berlanga, pasando por Pedro Almodóvar y Álex de la Iglesia, hasta éxitos globales como La casa de papel o Arde Madrid, la ciudad ha sido retratada de muchas maneras.
La Gran Vía y el cartel de Schweppes. El letrero de Schweppes en el edificio Carrión es un ícono del paisaje urbano madrileño. Convertido en emblema cultural y declarado Bien de Interés Cultural en 2018, fue inmortalizado por Álex de la Iglesia en El día de la bestia (1995). Tal ha sido la relación del cineasta con la ciudad que la Madrid Film Office ha publicado hasta una ruta de localizaciones vinculadas a sus obras.
La Plaza Mayor. Con su arquitectura simétrica y ambiente vibrante, ha sido escenario de innumerables escenas de cine. Clásicos como La gran familia (1962) y obras de Almodóvar como Carne trémula (1997) y La flor de mi secreto (1995) la han utilizado para plasmar el alma madrileña. También ha sido escenario en producciones internacionales como La lista (Deception) (2008).
El Museo del Ferrocarril. Este edificio del siglo XIX ha sido transformado en distintas ciudades del mundo para el cine: Pekín en Pánico en el Transiberiano (1972), San Petersburgo en Nicholas and Alexandra (1971), y Moscú en Doctor Zhivago (1965). Más recientemente, fue escenario en Los pacientes del doctor García (2023), que recrea la guerra civil española.
El Museo Chicote. La famosa coctelería de la Gran Vía, inaugurada en 1931, fue punto de encuentro de gente como Hemingway, Ava Gardner y Grace Kelly. Aparece en películas como Los abrazos rotos (2009) de Almodóvar y la serie Arde Madrid (2018), que retrata la noche madrileña de los años 60.
La Puerta del Sol. Centro neurálgico de Madrid, ha salido en obras tan antiguas como El misterio de la Puerta del Sol (1929) hasta títulos contemporáneos como Las brujas de Zugarramurdi (2013), de Álex de la Iglesia.
El Museo del Prado. Símbolo del patrimonio artístico español, ha sido escenario en películas como Último chantaje (1961), La hora de los valientes (1998) o Goya en Burdeos (1999). En cada una, el museo ha servido como marco para contar historias que enaltecen la cultura y el arte.
Azca. El moderno complejo financiero también tiene su lugar en el cine. Sus túneles aparecen en Historias del Kronen (1995) y su skyline desde la Torre Picasso se muestra en Abre los ojos (1997).
La cabina de Chamberí. La cabina (1972), dirigida por Antonio Mercero, es una obra de culto del cine español. En honor al director, en 2021 se instaló una réplica de la famosa cabina en la calle Arapiles, un recuerdo tangible de esta inquietante y memorable historia.
Gracias a su diversidad escénica, su política de fomento audiovisual y su historia como cuna del cine ibérico, Madrid se consolida como un destino imprescindible para productores, directores, actores... y, por supuesto, turistas.
Raúl Torquemada destaca el impacto del cine en el turismo: "Entre 80 y 100 millones de personas eligen su destino según lo que ven en pantalla". Por eso, la ciudad apuesta por fomentar el turismo audiovisual como una forma eficaz de promoción internacional.
La capital española no solo proporciona paisajes y calles para ambientar películas: ofrece alma, contexto y simbolismo. Gracias a su diversidad escénica, su política de fomento audiovisual y su historia como cuna del cine ibérico, Madrid se consolida como un destino imprescindible para productores, directores, actores... y, por supuesto, turistas.
El llamado turismo de pantalla, que lleva a miles de cinéfilos a recorrer localizaciones vistas en sus películas y series favoritas, encuentra en Madrid un destino ideal. Desde un thriller urbano hasta una comedia romántica, la ciudad tiene un rincón para cada historia. Porque en Madrid, el cine no solo se ve, también se vive.
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