La primera jueza hispana en la Corte Suprema de EE. UU., Sonia Sotomayor, creció en el Bronx, un barrio lleno de latinos y hogar de mucha gente dominicana. Ella es la única hispana que ha llegado a la Corte Suprema de Estados Unidos y está visitando República Dominicana por primera vez. Vino para el XXIX Congreso Mundial del Derecho, y su historia de superación es una inspiración pa' to' el mundo en América Latina. Su visita a Santo Domingo no solo le da caché al evento, sino que también resuena con los dominicanos, ya que muchos, igual que ella, crecieron en los barrios del Bronx y saben lo que es luchar para salir adelante.
Sotomayor es un símbolo de superación, diversidad y compromiso social en el sistema judicial de Estados Unidos. Desde sus días en un barrio del Bronx, enfrentando problemas económicos y sociales, hasta su llegada en 2009 a la Corte Suprema, su historia es un ejemplo de la lucha por la igualdad, la justicia y la inclusión de los latinos en un sistema donde los blancos son mayoría.
Cuando llegó a la Corte Suprema, fue un momento histórico para el país, no solo porque fue la primera mujer hispana en ese cargo, sino también porque abrió espacio para más diversidad en la justicia federal. Esto fue una victoria grande para las comunidades latinas, especialmente para los dominicanos que viven en el Bronx y otras partes de Nueva York, que ven en ella un modelo a seguir.
Sonia Sotomayor nació el 25 de junio de 1954 en Nueva York, de una familia puertorriqueña que buscaba una vida mejor en Estados Unidos. Creció en el Bronx, un barrio con poco dinero y mucha pobreza, donde vivían muchas comunidades de inmigrantes, incluyendo puertorriqueños, dominicanos y otros latinos. Esta situación le dio una comprensión profunda de las desigualdades que estas comunidades enfrentan, especialmente en áreas como la educación, la salud y la justicia.
Desde pequeña, ella se enfrentó a prejuicios por ser latina y mujer. En su tiempo, la mayoría de los espacios académicos y judiciales estaban dominados por hombres blancos, y ella tuvo que superar muchos obstáculos para destacar. Pero su determinación y talento la llevaron lejos. Estudió Psicología en Princeton en 1976 y Derecho en Yale en 1979, donde se preparó para su carrera profesional.
Trabajó como fiscal en Nueva York, abogada en el sector privado y en instituciones públicas, y se destacó en el Tribunal de Apelaciones del Segundo Circuito desde 1998.
"Elegí ser abogada cuando reconocí que la ley afecta todas las relaciones que las personas tienen entre sí". Así empezó Sonia Sotomayor su discurso de agradecimiento tras recibir el premio World Peace & Liberty Award. Durante su intervención, la jurista enfatizó que respetar la ley es clave para vivir en paz y exhortó a todos a seguir promoviendo y enseñando su importancia. Frases como "Sin el Estado de derecho no puede haber paz" fueron destacadas en su discurso. También resaltó el trabajo de la World Jurist Association en defender el Estado de derecho y promover la democracia y la paz internacional.
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