Oye, ¿tú supiste lo que pasó con la discoteca Jet Set? Eso se vino abajo en mayo y dejó a 236 personas muertas. Ahora los jueces tienen que bregar con un lío de esos técnicos que no es fácil. Más allá de la tragedia humana, el lío legal está difícil porque se trata de ver quién tiene la culpa cuando el problema es de esos que solo los ingenieros entienden.
El Ministerio Público está diciendo que los dueños del sitio, Antonio Espaillat López y Maribel Espaillat de Veras, son responsables de homicidio involuntario porque no hicieron caso a las advertencias sobre el techo. Dicen que empleados, gente de mantenimiento y contratistas de impermeabilización les dijeron una y otra vez sobre las goteras y el deterioro, pero ellos no hicieron nada para arreglar eso.
Pero aquí viene el problema: el lío no es solo de no hacer mantenimiento. Un informe técnico dice que el problema viene desde que construyeron el edificio. Los ingenieros dicen que el techo se cayó por fatiga de los anclajes de acero, un error de diseño de hace años. Los soportes metálicos no aguantaron más y eso no se ve a simple vista, ni con una revisión regular.
La cosa está en que el tribunal tiene que decidir: por un lado, la acusación dice que los dueños debieron ver las señales visibles; por otro lado, el informe técnico dice que el problema era oculto y solo se veía con estudios especiales que no son comunes.
Los testigos del Ministerio Público, como empleados y algunos contratistas, no son expertos en eso de estructuras. Ellos hablaron de las goteras y grietas, pero eso no prueba que eso fue lo que hizo que el techo se cayera.
Incluso, si los dueños hubieran reparado lo que estaba malo por fuera, el techo igual se hubiera caído porque el problema era interno, con los anclajes de metal que no se veían.
Este lío legal no es nada fácil. ¿Cómo va a ser que los dueños sean culpables por no hacer un diagnóstico estructural si nadie les advirtió formalmente? ¿Se puede decir que fueron imprudentes si el riesgo no se veía sin estudios técnicos que no son requeridos por la ley? ¿Dónde termina el mantenimiento normal y dónde empieza la obligación de hacer estudios estructurales?
Los jueces van a tener que decidir eso, y también van a sentir la presión de la cantidad de muertos. El caso es tan serio que la opinión pública va a estar encima de ellos. No es fácil que el ánimo de la gente no influya en lo que decidan.
Los abogados dicen que hay que diferenciar entre responsabilidad penal y responsabilidad civil. Puede ser que los dueños debieran haber hecho más en cuanto a mantenimiento, pero para culparlos penalmente hay que probar que actuaron con negligencia grave y consciente ante un riesgo claro. Y aquí, el riesgo no era claro para gente que no es técnica.
Sin informes previos que advirtieran del peligro estructural, la acusación se basa en testimonios subjetivos, lo que hace difícil sostener un caso de homicidio involuntario.
El caso Jet Set es uno de esos donde la justicia tiene que caminar entre lo técnico y lo legal. Los jueces van a tener que evaluar pruebas muy especializadas y decidir si hubo un incumplimiento penalizable.
Más allá de la indignación por la tragedia, este caso necesita un análisis técnico y legal bien hecho. No solo se trata del destino de los acusados, sino también del precedente que se pueda crear sobre hasta dónde llega la responsabilidad penal en fallas estructurales que no se ven.
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