"El lio del abuso sexual a menores: el peligro escondido entre la familia y la importancia de educar pa' prevenir"

Condenas recientes muestran la desgracia del abuso sexual en las casas

Los expertos dicen que hay que oír y educar a los niños pa' protegerlos

"En la confianza es que está el peligro", dice un refrán viejo que cada vez tiene más razón con los casos de abuso sexual a menores por parte de familiares como tíos, primos, abuelos, padres o padrastros.

Las condenas que se han dado en varias provincias del país en los primeros tres meses del 2025 muestran esta triste realidad que se ve en todas las clases sociales en RD y en el mundo entero.

Los abusadores usan manipulación y amenazas de muerte pa' que los niños no hablen y no digan que los están abusando.

El caso más reciente salió a la luz cuando el Tribunal Colegiado de Hato Mayor le dio 10 años de cárcel a dos hombres por violación sexual y abuso sexual. La sentencia salió el 10 de marzo pasado.

Uno de los hombres fue hallado culpable de violar a su hija de 12 años, que tuvo que ser intervenida por un embarazo incompleto de 13 semanas.

El otro fue condenado por abuso sexual agravado contra su hijastra de 10 años, a quien tocaba varias veces en diferentes partes del cuerpo y hasta le pegó una enfermedad sexual.

Ambos hicieron estas cosas cuando estaban solos con las víctimas en las casas donde vivían en distintos sectores de Hato Mayor.

El Tribunal Colegiado de María Trinidad Sánchez también impuso en marzo una condena de 20 años y una multa de 200 mil pesos a un depredador sexual.

Ese hombre obligaba a su sobrina de 13 años a tener relaciones con él, amenazándola de muerte. Vivían en la misma casa con otros familiares. Esto pasaba de madrugada cuando todos dormían.

También en marzo, un hombre fue condenado a 10 años por agredir sexualmente a su sobrina de 8 años en el 2023.

La mamá de la niña fue quien lo denunció en la fiscalía de San Cristóbal porque la niña le dijo que no quería quedarse sola en casa de su abuela, ya que su tío le tocaba su parte íntima y la obligaba a tocarlo.

En febrero, un tribunal de Montecristi le dio 20 años a un hombre culpable de violar y embarazar a su hijastra de 11 años. Según la acusación, el condenado abusaba de la niña cuando estaban solos en su casa y también la violó en un lugar apartado, según el Ministerio Público.

Una niña de 8 años era abusada por su padrastro en Samaná. Según el expediente, el hombre aprovechaba cuando estaba solo con la niña pa' tocarla en diferentes partes del cuerpo y hasta le propuso tener relaciones. Lo condenaron a 10 años.

En Samaná también, un hombre fue condenado a cinco años por delitos sexuales contra su hija de cinco años. Las autoridades dicen que tenía la custodia compartida con la mamá de la niña y que cometió los hechos cuando le tocaba cuidarla.

La psicóloga infantojuvenil Clarissa Guerrero dice que hay que creerle al niño, niña o adolescente cuando denuncian abuso sexual. "Siempre la palabra del niño o joven debe prevalecer ante cualquier duda".

Dice que, a veces, para las víctimas es más doloroso que no les crean que el abuso en sí. "La implicación emocional va a depender directamente de qué tanto este menor sea atendido y su palabra sea validada, más que del hecho en sí", dice la experta.

Agrega que el impacto emocional dependerá de la naturaleza y la duración del hecho.

La psicóloga asegura que es importante enseñarles a los niños a llamar a sus partes por su nombre. "Cuando una persona sabe cómo se nombra su cuerpo y tiene confianza y no tiene tabú en mencionar sus partes íntimas, tiene mucha más probabilidad de poder tener confianza cuando esta intimidad ha sido rota por otra persona", asegura.

También recalca que los padres deben enseñarles a los niños que hay momentos de privacidad, como ir al baño o cambiarse de ropa.

La especialista recomienda decirles a los niños que hablen si se sienten incómodos con un toque, mirada o comentario de alguien.

También dice que hay que decirle al niño que algunas personas que abusan pueden amenazarlos con hacerles daño a ellos o a su familia, y recordarles que los padres "siempre van a estar para ellos, para defenderles o para cuidarles de cualquier situación que sea incómoda".

Entre las emociones que pueden enfrentar los niños abusados están el enojo, la culpa o la tristeza. "Muchas veces el cuerpo siente, porque hay sensaciones placenteras, pero emocionalmente saber que eso no es algo adecuado y esa dualidad le puede hacer sentir culpa", subraya.

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