Oye, mi gente, miren el brollo que se armó con este lío de daño moral. Dicen que hay leyes que prohíben a las autoridades soltar los nombres de los acusados cuando están investigando, pero ya tú sabes cómo es la vaina aquí, eso se queda en letra muerta.
Mira, en un comunicado de la Procuraduría, dijeron: "Se ha identificado a Hidalgo Marte y a Cruz Díaz como las personas que, en horas de la madrugada del pasado 21 de febrero, abusan y tiran por la alcantarilla de drenaje a la víctima, además de ser mencionados por los testigos como las personas que la noche de su desaparición no estaban en sus puestos de trabajo". Con eso, el Ministerio Público le cayó encima a Joaquín Hidalgo Marte y Alex Cruz Díaz por el caso de Paula Santana, esa muchacha que encontraron sin vida en una zona franca de Las Américas, en Santo Domingo Este.
Pero adivinen qué, después de tanto chisme, en mayo de 2025, agarraron a otro pana, Junior Lazarito Sánchez, que dizque confesó ser el verdadero culpable. Y entonces, ¿qué pasó con los otros tigueres? Nada, que el Ministerio Público se echó para atrás y quitó la acusación por falta de pruebas.
Uno de los que primero señalaron, al final dijo: "Me siento hoy en día hostigado, maltratado, porque muchas personas me juzgaron injustamente". Y es que aquí, sin importar las leyes, siempre se tiran los nombres y las fotos de los detenidos antes de que haya un juicio. Eso, mi gente, es un problema grande porque te ponen la etiqueta de culpable sin haber pisado un tribunal.
Y no es solo este caso. En 2022, se armó un operativo contra un grupo metido en líos de ciberdelito. Uno de los detenidos fue llamado "sicario" en un comunicado, pero después solo un par fue a prisión preventiva; a los demás los soltaron con medidas más suaves.
El cuento de uno de los que salieron libres es triste: "Esa gente (el Ministerio Público) me hizo un daño sicológicamente, familiarmente y moralmente. Esa gente me destrozó mi vida (...) Hace tres años y lo estoy sufriendo", dice el pana, que prefirió no dar su nombre. Aunque ya lo liberaron, el tipo no ha podido volver a trabajar porque todavía lo ven con mala cara.
En 2013, el procurador de ese entonces, Francisco Domínguez Brito, había mandado una carta diciendo que no se publicaran las fotos ni nombres de los detenidos mientras se investiga, pero ya saben cómo es eso. La Constitución y las leyes dicen que no se pueden soltar esos datos hasta que haya un juicio formal, pero en la práctica, mi gente, eso no se respeta.
El Poder Judicial en 2024 quiso poner una política para proteger los datos de los detenidos, pero los periodistas se pusieron en para y dijeron que se estaba atentando contra la libertad de prensa. Así que todavía se está viendo cómo se resuelve esa vaina.
Al final del día, limpiar el nombre aquí es más difícil que salir de un hoyo. Las leyes dicen una cosa, pero el sistema te marca de por vida si te ponen en la palestra pública. La abogada Flora Fajardo, que defiende a gente absuelta, dice que es un lío porque "los fiscales no investigan" y se sienten mal cuando ven a jóvenes pasar días presos sin razón. Limpiar tu récord es un proceso largo y costoso, que muchos no pueden pagar. Y eso, señores, es el verdadero daño que se hace aquí.
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