El jurado arranca a deliberar en el 'caso Weinstein' por líos de sexo en Nueva York

El jurado, mayormente compuesto por mujeres, ahora tiene que evaluar dos cuentos bien diferentes sobre el famoso productor.

El juez Curtis Farber hizo su última intervención hoy en el juicio penal por el supuesto abuso sexual y violación contra tres mujeres que enfrenta Harvey Weinstein en Nueva York. Luego mandó al jurado a deliberar sobre este caso que ya lleva seis semanas y que pondrá a prueba el legado del movimiento #MeToo.

"Recuerden que son ustedes y únicamente ustedes quienes tienen que juzgar este caso (...) Deben decidir qué testimonios fueron verdaderos y precisos, y cuáles no. El veredicto debe estar respaldado por las pruebas, al acusado se le presupone su inocencia", dijo el juez del Tribunal Supremo de Nueva York.

El jurado, mayormente femenino, vio cómo hoy una de sus miembros no pudo asistir por motivos de salud y fue reemplazada por una suplente. Ahora tendrán que valorar dos historias opuestas sobre el productor famoso: un depredador sexual según la Fiscalía, o un hombre de negocios que tenía relaciones consentidas con jóvenes que querían avanzar en Hollywood, según la defensa.

La jurado que faltó era alguien en quien la defensa de Weinstein insistió mucho para que estuviera en el panel, así que los abogados de Weinstein pidieron sin éxito que se le diera más tiempo para participar en las deliberaciones.

El asunto no llegó a más, pero hasta amenazaron con pedir la anulación del juicio: "La vida de nuestro defendido está en juego", dijo el abogado Arthur Aidala.

Weinstein ya fue sentenciado hace cinco años en Nueva York a 23 años de prisión por las denuncias de dos mujeres que también son parte de la acusación en este proceso. Aseguran que las agredió sexualmente en 2006 y 2013. Aun así, esa condena fue revocada por un tribunal de apelaciones el año pasado por un margen estrecho de 4-3, alegando un error procesal.

Las denunciantes son Miriam Haley, una asistente de producción que, entre otros delitos, acusó a Weinstein de obligarla a practicarle sexo oral en 2006, y la actriz Jessica Mann, quien dijo ser víctima de violación en un hotel de Nueva York en 2013.

Además, en este caso también está Kaja Sokola, una mujer polaca que conoció a Weinstein cuando era una joven modelo y asegura que él la obligó a practicarle sexo oral no consentido en 2006.

Como todos los días desde que empezó el juicio, Weinstein apareció hoy en el tribunal en silla de ruedas y con un aspecto bastante pálido, pero consciente de cada una de las acusaciones en su contra y de los apuntes que le daba su equipo legal.

"Me han tratado de forma increíblemente justa. A los funcionarios del tribunal, a los secretarios judiciales, a todos, solo quiero darles las gracias desde el fondo de mi corazón", expresó Weinstein con voz ronca cuando el jurado se fue a deliberar.

Esta fue la primera vez que habló durante todo el juicio, ya que decidió no declarar. Incluso se mostró amigable con los jurados antes de que se fueran de la sala, levantando su mano para despedirlos mientras decía "gracias, gracias".

Los alegatos finales se extendieron durante las dos últimas sesiones, con la defensa y la fiscalía dedicando más de nueve horas para reforzar sus posturas ante el jurado.

La fiscal adjunta Nicole Blumberg cerró este turno con una descripción cruda del productor audiovisual ganador del Oscar, diciendo que él "pensaba que la justicia no se le aplicaría, pero es hora de demostrar que se equivocaba".

"Él era reconocido en Hollywood, pero para ellas (las denunciantes) siempre será el hombre que las violó", dijo Blumberg.

Antes, la defensa de Weinstein, liderada por el polémico abogado Aidala, había argumentado que el acusado siempre tuvo "relaciones consentidas" con las denunciantes, propias de "amigos con derecho a roce". Según este abogado, sus demandas son motivadas por el movimiento #MeToo para "sacar más dinero", después de haber tenido carreras de "sueños rotos en Hollywood".

Casi ocho años después de que el #MeToo revolucionara la industria del cine y la sociedad estadounidense con un aluvión de acusaciones de carácter sexual contra Weinstein, esa ola ha disminuido sustancialmente. Con la reapertura de este caso no se han visto aquellas grandes manifestaciones frente al tribunal.

Apenas una decena de mujeres ha venido esta vez a mostrar su apoyo a las denunciantes en la corte, mientras que otros casos de índole sexual, como el del rapero Sean Combs, conocido como Diddy, están captando más atención social y mediática.

Mientras se decide sobre la culpabilidad o no de Weinstein, él seguirá recluido en la prisión del hospital neoyorquino de Bellevue debido a la leucemia y problemas cardíacos que padece. Más allá del veredicto, a sus 73 años y con otra condena por violación en Los Ángeles, es muy poco probable que Weinstein alcance la libertad.

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