Oye, mi gente, déjenme contarles de una vaina que emocionó a pila de gente en la tele, "The Incredible Hulk". Aunque la serie iba de un tipo que se convierte en un monstruo verde y fuerte cuando se enoja, lo que de verdad la hizo especial no fueron los efectos ni las peleas.
Es que esa serie tenía un enfoque humano bien profundo. En vez de quedarse en lo típico de los cómics o buscar solo el show, Kenneth Johnson, el creador, se fajó a hacer capítulos llenos de tragedia, compasión y dignidad.
El actor Bill Bixby, que hacía del doctor David Banner, y Lou Ferrigno, que era el Hulk, le metieron una emoción al show que todavía hoy día la gente siente. A pesar de que en aquellos tiempos la tecnología no era gran cosa y tenían un presupuesto medio apretado, "The Incredible Hulk" se la jugó contando historias que tocaban el dolor, la pérdida y la esperanza con seriedad y respeto, pero sin dejar de un lado esas exageraciones típicas de un cómic.
La trama seguía al doctor Banner, un doctor que quedó viudo y, después de un experimento con rayos gamma que salió mal, se convertía en el Hulk cuando se estresaba o encojonaba. Como lo dieron por muerto, andaba huyendo de un periodista llamado Jack McGee (interpretado por Jack Colvin), vagando por Estados Unidos con identidades falsas, ayudando a quienes lo necesitaban mientras buscaba cómo curarse.
Cada episodio era como una tragedia moderna. Banner llegaba a un nuevo sitio, se conectaba con la gente, y al final, cuando se descubría su secreto, tenía que salir huyendo otra vez. Esta estructura se inspiraba en clásicos como "The Fugitive" o "Los miserables", y la música melancólica de Joe Harnell, especialmente "The Lonely Man", le daba ese toque final al caminar solitario de Banner al final de cada capítulo.
La serie no era solo de un monstruo; eran historias sobre la soledad, la redención y la lucha por encontrar un hogar. Bill Bixby era el alma de la serie, con su actuación tan humana y vulnerable. Se lo tomó tan en serio que ni se dejaba retratar con Lou Ferrigno en el maquillaje de Hulk para mantener la ilusión de que eran dos entidades distintas.
Lou Ferrigno, un fisiculturista que tenía problemas auditivos y que admiraba al personaje desde pequeño, le dio al Hulk no solo su físico impresionante, sino una sensibilidad en su lenguaje corporal que transmitía emociones profundas.
Entre Bixby y Ferrigno había una química que funcionaba por el compromiso que tenían con sus personajes. Fuera de cámaras, eran panas de verdad. Ferrigno veía a Bixby como un mentor y una figura paterna. Y cuando quisieron sacar al personaje de Jack McGee por falta de presupuesto, Bixby y Ferrigno amenazaron con dejar la serie en solidaridad con su colega Jack Colvin.
"The Incredible Hulk" tocaba temas serios como el alcoholismo, la violencia doméstica, enfermedades mentales y el abuso infantil, siempre con respeto y empatía, algo que la hacía diferente de otras series de superhéroes de la época.
El creador, Kenneth Johnson, quería algo más realista y se alejó de elementos fantásticos excesivos. Por eso, Hulk no hablaba ni volaba ni destruía ciudades, solo empujaba o lanzaba a los enemigos, evitando la violencia extrema para un público familiar.
La serie fue cancelada de repente en 1982 sin darle a los fans el cierre que querían. Bixby quería hacer un episodio final donde Banner se curara, pero nunca se llegó a hacer porque CBS la canceló de imprevisto.
Años después, hicieron tres películas para la tele, pero ninguna llegó al nivel emocional de la serie original. La última, de hecho, mostró la muerte de Banner, lo que dividió a los fans.
La vida real también golpeó al elenco. Bixby perdió a su hijo y su exesposa se suicidó durante los años de rodaje, pero su profesionalismo nunca bajó.
"The Incredible Hulk" recibió varias nominaciones al Emmy y aunque solo ganó una, dejó una marca profunda en la historia de la televisión. Fue el show de superhéroes más exitoso de su tiempo porque, en verdad, trataba de lo que significa ser humano, de vivir con una maldición, buscar redención y seguir adelante, aun cuando todo parece perdido.
Los que la vieron en su momento, o la han descubierto en DVD o plataformas digitales, todavía recuerdan a David Banner alejándose bajo la lluvia, con los ojos llenos de tristeza pero sin perder la esperanza. Porque, como él mismo decía al despedirse de la gente especial: "Sé bueno contigo mismo".
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