Violencia pasiva online, el veneno detrás de los "consejitos" bienintencionados
Oye, hace poco una jeva subió a las redes que estaba feliz porque volvió a correr con su jevo después de una crisis. Entre los comentarios, uno le puso: "Deberías estar cuidando a tus hijos, no corriendo con ese. "Te lo digo con cariño". ¿Y eso es cariño? Nah. Eso es violencia pasiva. Y eso pasa to’ los días.
"Yo solo dije mi opinión, no fue para tanto." "Lo digo por su bien." "Es libertad de expresión."
Esas son las frases que se escuchan a cada rato en las redes. Pero muchas veces, por debajo de esos "consejitos" o "críticas inocentes", lo que hay de verdad es agresión y mucho "hate" disfrazado de libertad de expresión.
Mucha gente se aprovecha del mundo virtual pa' decir lo que nunca se atreverían cara a cara. Y se justifican diciendo que "si los comentarios son públicos, puedo opinar lo que quiera".
Pero opinar no es lo mismo que humillar, ni criticar es igual a ayudar. Las redes se han vuelto un sitio donde mucha gente tira su veneno con una sonrisa.
El que ataca desde una pantalla, está diciendo más de él que del otro. Es un reflejo de lo que pasa fuera de las redes, en sus relaciones. ¿Cómo será en su casa? ¿con su pareja? ¿con sus hijos?
Lo que normalizamos en lo digital, lo llevamos a lo personal. La agresividad, si no se cuestiona y se maneja, se hace hábito. Y eso desgasta los vínculos más importantes.
La libertad de expresión no es excusa para perder el respeto y la humanidad, ni para agredir a nadie. Puede que no estés de acuerdo, que no te guste lo que otro publica, pero eso no es razón pa' acribillarlo con tus comentarios.
Las dinámicas agresivas en línea también le pasan factura a la salud mental de todo el mundo. Las víctimas de estos ataques sufren estrés, ansiedad y hasta depresión; los agresores, por su parte, refuerzan un ciclo negativo que no les deja manejar de forma saludable su propia ira o inseguridad.
Al final, es un círculo vicioso que erosiona la empatía y el respeto tanto en línea como fuera de ella. Seamos empáticos en las redes tanto como en la vida real, uno nunca sabe las luchas que cada quien está viviendo.
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