El corito de la medida de coerción sigue trancao
Oye, dos de los tigueres metíos en el lío de corrupción de la llamada "Operación Lobo" se echaron pa’ atrás y dijeron que sí, que son culpables. Esto fue en la audiencia de medida de coerción que se está llevando a cabo en el Palacio de Justicia de Ciudad Nueva. Los panas son Andrés Pacheco Valera, que era el capo de seguridad de Edenorte, y Ramón Quezada Ortiz, que estaba en el meneo de seguridad de Edeeste.
La jefa de Pepca, Mirna Ortiz, fue la que soltó la sopa sobre esto. Estos dos panas son parte de un corillo que, según dicen, es una banda de militares, gente retirada y empresarios que supuestamente aflojaron más de 100 millones de pesos en sobornos pa’ amarrar contratos chuecos de seguridad privada en varias oficinas del gobierno.
El juez Rigoberto Sena, que está a cargo de la movida en la Oficina Judicial de Servicios de Atención Permanente del Distrito Nacional, desde ayer lunes tiene la audiencia trancá. El Ministerio Público ya soltó todo el cuento del expediente, así que ahora los imputados están en el tira y jala.
La gente de Pepca soltó más de 500 pruebas que dicen que tienen a estos tigueres amarrados con vainas fraudulentas en sitios como el Senasa, Inaipi y las distribuidoras de luz Edenorte, Edeeste y Edesur. "Estas prácticas afectan la libre competencia y violan la Ley 340-06 sobre Compras y Contrataciones Públicas", dijo Ortiz, que también dejó caer que esto no ha terminado y que podrían haber más líos y gente cayendo presa.
La "Operación Lobo" empezó después de una denuncia de la Dirección General de Ética e Integridad Gubernamental, que la maneja Milagros Ortiz Bosch. Los arrestos se dieron después de 15 allanamientos a la vez en el Distrito Nacional y Santiago, con un tro de policías y fiscales metidos en el rollo.
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