Diretor de la junta de Verón: "Si fuéramos municipio, podríamos planear mejor nuestro patio"

Mira, en Verón-Punta Cana, Ramón Ramírez, mejor conocido como Manolito, que lleva más de diez años al mando de la Junta Distrital, está pujando pa' que la zona se convierta en municipio. Dice que eso ayudaría pila con la autonomía, la gestión de los servicios y la planificación urbana.

Verón-Punta Cana está creciendo a mil por hora y no ha esperado a que le den permiso. Las urbanizaciones están saliendo como arroz, la gente de todos lados está llegando, y los problemas ya están pasándose de la raya con las soluciones que hay. Manolito está clarito en que este sitio, que es un monstruo turístico, está trabajando con una estructura que ya no da para más. Por eso, él dice que hay que subir la categoría a municipio, para que todo esté más organizado y con visión de futuro.

Él habló con Diario Libre y explicó cómo la falta de autonomía está haciendo que el acceso a los servicios del Estado sea un lío, que no haya mucha inversión pública y que la planificación urbana esté frenada. Y a los que tienen miedo a cambiar las cosas, Manolito les responde con números, ideas y una visión de desarrollo que beneficie a toda La Altagracia.

—¿Por qué usted cree que Verón-Punta Cana tiene que ser municipio, más allá de los temas legales o de cuánta gente vive aquí?

"Entiendo que Verón-Punta Cana necesita ser municipio para tener su autogestión, administración y poderse planificar como territorio. Pero, al mismo tiempo, ser un municipio conlleva que tengamos muchas dependencias del Estado que facilitarían la operatividad de cada uno de los ciudadanos. Hablo de que podamos tener oficinas de Obras Públicas, de Inapa, Agricultura, Medio Ambiente y distritos escolares independientes al de Higüey, así como lo tiene San Rafael del Yuma. Y tendríamos también una auto independencia para planificar la parte de los estudios de nuestros niños, entre otras cosas importantes."

Y junto a nuestros concejales, podríamos evaluar nuestro plan de ordenamiento territorial y decidir cómo se usa el suelo, sin que venga gente de fuera que no conoce el territorio a meter la cuchara.

—Algunos en Higüey dicen que la separación les va a hacer un hoyo económico. ¿Qué usted le diría a esa gente y cómo haría pa' que todo el mundo quede contento?

"Se ha generado cierta desinformación con relación al ciudadano. Pero Higüey lo que debe hacer es una evaluación de costos de su estructura operacional, verificar qué le faltaría para tener una gestión de servicios de calidad, y al mismo tiempo ser un poco más eficiente en los cobros de arbitrios. Higüey crece todos los días, y eso le puede permitir tener una gestión de cobranza del uso de suelo eficiente, como establece la ley. En Higüey, cuando se verifican los ingresos, son prácticamente nulos o no existen esas recaudaciones. En ese sentido, se crea una distorsión. Se afirma que Higüey es una ciudad dormitorio, pero ese dormitorio le genera más de 1,300 millones de pesos al mes, de lo que cobran los trabajadores que viven en Higüey, quienes gastan, compran, usan luz, supermercados, alquileres… de todo. Ese dinero que ganan en la hotelería lo invierten, y es lo que genera el verdadero dinamismo económico en Higüey. Y cuando se verifica la cantidad de casas de cambio que hay en Higüey, verás que son muchas más que las que tenemos en Verón, porque esos trabajadores se llevan tres, cuatro y cinco dólares y euros diarios, y los cambian en esos negocios."

—¿Qué cambiaría en la gestión de servicios básicos, seguridad y planificación urbana si Verón se convierte en municipio?

"Lo más importante de nuestra zona, en términos de seguridad, es que el ayuntamiento se encarga de la iluminación de los sectores. Sin embargo, recientemente hemos tenido que suspender estos trabajos porque, en algunos meses, nuestros ingresos no alcanzan para cubrir los gastos. Tan pronto podamos retomar la recaudación, y que esos 115 millones de pesos que pagamos en consumo de energía eléctrica se reduzcan o se eliminen, podremos reinvertir esos fondos en seguir iluminando la ciudad."

Y esos ingresos también van a hacer que haya más obras de infraestructura aquí. Y, sobre todo, mejoraremos nuestros servicios, porque a medida que crezcamos más, tendremos más dinero pa' resolverle a la gente.

Por ejemplo, hay residenciales que consiguen permisos rapidísimo, pero luego no cumplen con construir aceras, contenes ni manejar bien las aguas negras. Y al final, esos problemas nos los tiran a nosotros. Si fuéramos un municipio, podríamos poner reglas más claras y hacer que se cumplan desde el principio.

—¿Cree usted que este asunto se ha manejado con madurez política y suficiente diálogo, o ha habido pleitos que dificultan el acuerdo?

"Entiendo que este debate debió ser en una mesa de diálogo, con la sensatez y la experiencia ya vivida, y evitar estos dimes y diretes que pueden generar incertidumbre en los nuevos inversionistas. Pero, al mismo tiempo, también crear dudas y confusiones en la población, cuando es una ley y es un mandato que hay que cumplir de manera obligatoria ambas instituciones."

—¿Qué le dice usted al liderazgo político de Higüey y al Gobierno Central sobre lo que está en juego aquí?

"Con el liderazgo de Higüey, mi posición es la misma que he mantenido siempre. Pienso que todavía hay tiempo para que busquemos una solución conjunta, apropiada, y debe ser en la mesa del diálogo. Y al Gobierno Central, pienso que debe tender una mano amiga y compensar de cierta forma los recursos que Higüey no pueda percibir. O crear las condiciones de acompañarnos para que ambas municipalidades puedan ser autosuficientes y puedan gestionar y dar servicios de calidad a la población. Porque nadie quiere afectar a la provincia La Altagracia ni a los munícipes. Debemos ser sensatos, porque, al final, si la provincia está en esta situación, eso puede poner en riesgo el turismo y a los inversionistas."

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