El lío que traen las redes sociales, lleno de odio, chisme y calumnia
El tema salió en una juntadera que tuvo el presidente Abinader con jefes de medios. Él dijo claro: las redes sociales, que al principio parecían ser una vaina buena para conectar gente, compartir ideas y democratizar la info, se han convertido en un verdadero tollo digital. El anonimato hace que la gente se sienta libre para tirar veneno, difamar y destruir reputaciones sin que les pase nada.
Esos sitios que eran para charlar ahora son fábricas de odio y desinformación. Las noticias falsas se esparcen más rápido que el mismo diablo, dañando carreras y vidas antes de que se sepa la verdad. Hay gente que se organiza para atacar a otros, meter miedo y dañar sin pruebas. Es un ambiente tóxico que mata el debate.
¿Control? Sí, pero sin tapar bocas o cortar la libertad de expresarse. Las plataformas grandes no han sido buenas para parar la difamación y el abuso. Los gobiernos tienen que meterse en eso, haciendo regulaciones para que las empresas de tecnología asuman su responsabilidad por lo que dejan que se publique, igual que pasa con otros medios de comunicación. Europa ya está dando el ejemplo.
Hay que buscar a los infractores y ponerles penas fuertes por difamar en redes. También se necesita que haya más claridad en cómo los algoritmos impulsan el odio y la mentira, y educar a la gente pa' que usen las redes con cabeza, rescatando el pensamiento crítico que está perdido en ese pantano digital.
En una democracia no puede haber espacio sin ley. La libertad de expresión es un derecho, no una excusa para difamar. Da pena que los avances tecnológicos se pierdan en el altar de la impunidad. Vamos a limpiar esas cloacas digitales y devolver la dignidad a la conversación pública.
Aníbal de Castro, que lleva años en el periodismo en radio, televisión y prensa escrita, se toma un respiro de la diplomacia y vuelve a lo suyo en DL.
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