Thierry Frémaux, el líder del Festival de Cannes, es el tiguerazo que hizo la segunda parte de un documental sobre los hermanos Lumière, juntando un saco de sus películas. "Cuidar del cine es cuidar de sí mismo", dice él.
Con su vaina "¡Lumière, la aventura continúa!", que ta' en los cines de España ahora mismo, este hombre que ama el cine dice que está cumpliendo con "un deber de restitución" a las salas de cine, metiendo estas joyitas que filmaron en Lyon, Argel, Lisboa o Nueva York, todas restauradas con mucho cariño.
"El cine lleva una huella de algo que fue, una huella sincera, honesta, no manipulada", le dijo a la AFP, este Frémaux, que también está a cargo del Instituto Lumière, cuidando las 2,000 películas de esos pioneros del cine.
A donde quiera que va, Frémaux carga un USB con esos pedacitos de vida de antes: la salida de los obreros de una fábrica, la llegada de un tren a la estación o dos carajitos fajándose por comida.
"Yo, que viajo mucho, los veo cada vez que tengo cinco minutos libres", confiesa. "Pero también me digo: 'no voy a guardar esto solo para mí'", asegura.
En 2016, el primer documental "¡Lumière! La aventura comienza" volvió a poner esas primeras películas en el cine, las que salieron a la luz desde 1895 gracias al cinematógrafo de Auguste y Louis Lumière.
Dicen que estos dos genios inventaron eso después de una noche sin dormir.
Desde 2007, Frémaux, que tiene 64 años, es el mandamás del Festival de Cannes y está en coro con los cracks del cine moderno, pero tiene un feeling especial con los dos tigueres de Lyon.
"El cine ha sido algo que protegió nuestra historia, nuestro pasado. Somos la generación, la civilización, la del siglo XX, que fue al cine y esta experiencia nos enseñó el mundo de una manera diferente. Hay que preservar eso", dice él. "El cine nos limpia los ojos, que están contaminados por la manipulación de imágenes", añade.
Aunque la televisión, el internet y las plataformas han querido matar el cine varias veces, ahí sigue. Hasta el covid cerró los cines por primera vez, cosa que "dos guerras mundiales no habían logrado", recuerda Frémaux. Pero el cine siempre tiene la piel dura y se defiende solo. "Y es genial pensar que será salvado por los artistas, por las películas y por el público", se entusiasma, confiando en el futuro del cine a pesar de la inteligencia artificial, Instagram o TikTok.
¿No serían los mini-films de los Lumière los ancestros lejanos de los "hilos" de las redes sociales? "En términos de fascinación que ejercían estas imágenes, sí", responde Frémaux. "La gente está fascinada por los clips de TikTok. Queremos ver otro, otro más, otro más, otro más. Y los Lumière también son eso". Pero con un estilo diferente.
Con su naturalismo y realismo, según Frémaux, las películas de los Lumière pusieron las primeras piedras para la Nueva Ola del cine francés de los años 60. Otro pionero del cine, Georges Méliès, con su estilo ilusionista, habrían marcado el cine de Hollywood, según él. "No es una oposición. No son enemigos. Yo puedo amar las películas de James Cameron y las películas de Chantal Akerman, porque soy ese tipo de cinéfilo", dice Frémaux, que está alistándose para cerrar la selección oficial del próximo Festival de Cannes.
El 2024 fue un palo para él en Cannes. "Anora", que ganó la Palma de Oro, también la rompió en los Oscar y "Emilia Pérez", que ganó el premio del jurado, se llevó todos los premios César en Francia.
El año anterior, "Anatomía de una caída" había sido la sensación en Cannes y luego siguió ganando premios. "Cada vez pensamos que no podemos hacerlo mejor que el año anterior", suspira Frémaux. "Y ahora, una vez más, no tengo ni idea. Todavía hay muchas cosas por ver", advierte.
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