"Cómo tú puedes elegir un perfume pa'l verano"

La llegada del verano siempre trae consigo ese olorcito que ya conocemos: fragancias frescas, cítricas o acuáticas se adueñan de las tiendas cuando el calor aprieta. Pero, ¿tú sabes qué? La gente de la perfumería está empezando a cuestionar eso de que cada estación tiene su aroma fijo.

"El perfume es una forma más de expresión mediante la cual contamos al mundo quiénes somos. Hablamos de nuestros gustos, nuestros anhelos, nuestro pasado y nuestro futuro", dice Miguel Bartolomé, un duro en fragancias y jefe de marca en Isolée, una firma de perfumes de autor.

Ahora se está redefiniendo qué significa perfumarse, y el verano es perfecto para inventar y dejar una marca personal más que estacional. "Lo básico es no caer en lo fácil", afirma el tigre, quien cree que es vital tener un sello único.

"Esa carga identitaria no desaparece cuando llega el calor. Por el contrario, puede aflorar con más fuerza si se aprovecha el contexto veraniego para explorar fórmulas menos evidentes", añade.

Siempre hemos pensado que los olores cítricos, verdes o acuáticos son los más apropiados para el verano porque son ligeros y frescos. Pero esa idea no está escrita en piedra. La perfumería de ahora apuesta por romper con eso.

"¿Por qué no optar por algo más transgresor o reinventado?", propone Bartolomé. "Cuando las temperaturas suben, buscamos perfumes que vayan más allá del típico 'olor a verano'. Se apuesta por fragancias que refresquen, pero que también emocionen, cuenten algo y se alejen del sota-caballo-rey de los cítricos de manual".

Esa moda de ir contra lo predecible está cogiendo fuerza. Ahora hay opciones florales que ya no son tan inocentes, dulces que se reinventan, y fórmulas innovadoras como las brumas o perfumes sin alcohol que son más ligeros pero igual de intensos.

"La clave está en buscar perfumes que sorprendan y se alejen de lo obvio para dejar una huella inolvidable que hable de nuestra personalidad", dice.

El verano no te obliga a usar cierto tipo de perfume, más bien te da la chance de redefinir qué significa perfumarse cuando hace calor y uno anda en la calle con la piel al aire libre.

La asociación entre ciertos olores y el verano es como una construcción colectiva que lleva años. "El imaginario colectivo lleva décadas asociando verano con cítricos, acuáticos y verdes porque son fáciles de encajar", explica el experto.

"Gracias a su carácter fresco, ligero y limpio, este tipo de notas entra en sintonía con las altas temperaturas, sin agobiar ni cargar". Pero, seguir esa fórmula es oler como todo el mundo, y para los que ven el perfume como una forma de ser únicos, eso no es tan chulo.

Ir contra la corriente no es ser raro, más bien es una forma de destacar. Optar por notas amaderadas, especiadas o florales intensas no es incompatible con el calor, siempre que se usen bien y con cabeza. Lo importante es que el perfume hable de uno, no del calor que hace.

El calor, el sudor y el sol cambian la forma en que el perfume se siente y se comporta en la piel. "No hay aromas prohibidos como tal", matiza Bartolomé, "pero sí es cierto que el calor, el sol y el sudor forman una combinación complicada. Por eso, conviene tener cuidado con perfumes muy cargados de alcohol o composiciones densas que, bajo el sol, pueden resultar incómodas o irritantes".

Por eso, ahora se están usando fórmulas sin alcohol, brumas o líneas corporales que reinventan cómo perfumarse. Marcas como ARgENTUM están alante en esta revolución con tecnologías como la Water Plant Emulsion, que permiten disfrutar de un olor sin perder la comodidad.

"Su colección de perfumes sin alcohol, como Become (con bergamota, sándalo y pachulí) o Innocent (un cítrico floral con limón, albahaca y manzana verde), está pensada para aplicarse tanto en piel como en cabello, incluso en pieles sensibles", detalla.

Otra opción que está pegando es usar líneas corporales completas, para perfumarse en capas y poco a poco. Matière Première ofrece brumas para el cabello que reinterpretan sus perfumes emblemáticos, como Vanilla Powder, y que pueden combinarse con geles de baño para un efecto que envuelve y dura sin hartar.

La técnica del layering —poner varias capas de productos con el mismo olor o que se complementan— se está volviendo super popular. Consiste en crear una identidad aromática desde que te bañas hasta que sales de la casa.

Usando diferentes presentaciones de una misma fragancia (gel, loción, mist, perfume) o mezclando olores que van bien juntos, esta técnica hace que el aroma dure mucho más en la piel. "Perfumarse hoy no es solo pulverizar unas gotas antes de salir de casa", añade.

"La perfumería se ha reinventado y ha ampliado sus fronteras más allá del frasco clásico. Esta manera de perfumarse no solo amplifica la duración y la intensidad de la fragancia, sino que también ofrece una experiencia más sensorial y, en muchos casos, más suave y respetuosa con la piel que el perfume tradicional".

El resultado es una experiencia más natural, donde el perfume se adapta a la rutina diaria y a los diferentes momentos del día, ofreciendo versatilidad. Para los que buscan algo más atrevido, también se puede combinar fragancias distintas para una creatividad que va más allá de lo típico.

En lugar de seguir modas o clasificaciones de temporada, Miguel Bartolomé promueve la experiencia personal como el único criterio válido: "Cada persona tiene unos gustos, un entorno, una forma de ver la vida, por no hablar de que cada piel interpreta el perfume a su manera".

"No todos los perfumes son para todo el mundo. La única referencia válida es cómo funciona contigo". Esta afirmación pone en valor la experiencia individual frente a las etiquetas de género, temporada o tendencia. El perfume debe ser una extensión de tu identidad, no un adorno más.

Lo que queda bien a una persona puede no quedarle igual a otra, incluso usando el mismo perfume. La química de la piel, el estilo de vida y hasta el mood cambian el resultado final.

Perfumarse en verano —igual que en cualquier otra estación— es un acto íntimo y personal, cada vez más experimental. Las propuestas de ahora amplían las posibilidades de expresión sin imponer un solo camino.

Fragancias que rompen con lo establecido, fórmulas adaptadas al calor, capas que cuentan historias, productos que cuidan la piel y enfoques personalizados que se enfocan en lo que uno es, y no en lo que dicta la temporada.

Escoger un perfume de verano no es una obligación, sino una oportunidad para hablar de uno mismo sin palabras. Como concluye Bartolomé, "el perfume es una herramienta para expresarte, no una lista que hay que tachar para complacer al resto".

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