"Cómo el 'bochinche' ha afectado la vacunación 'contra el sarampión' en USA"

Oye, mi gente, déjenme contarles cómo las vainas en las redes han metido mano con la desinformación sobre las vacunas. En Estados Unidos, el sarampión ha vuelto a hacer de las suyas, y gran parte de eso es por cuentos falsos sobre la seguridad de las vacunas. Aunque hay pilas de evidencia científica que dice que la vacuna MMR es segura y efectiva, hay gente que sigue con dudas y eso ha hecho que menos personas se vacunen y que vuelvan los brotes.

Uno de los cuentos más duros que anda por ahí es que la vacuna del sarampión tiene que ver con el autismo, todo basado en un estudio que resultó ser un bulto desde 1998. Aunque ya se ha demostrado que eso es pura mentira, todavía hay padres asustados que no vacunan a sus hijos, dejándolos fuera de las dosis recomendadas.

Un estudio del Baylor College of Medicine dice que ese cuento viene de un falso vínculo entre la vacuna y el autismo: "no existe información científica objetiva que indica una vinculación entre las vacunación y el autismo".

Las redes sociales han sido clave en cómo se ha regado esa desinformación. Los grupos antivacunas han usado estas plataformas para tirar cuentos falsos que meten miedo a la gente. Esos mensajes alarmistas han hecho que algunas comunidades no quieran vacunarse, provocando brotes en escuelas y áreas con poca inmunización.

La desinformación también ha cogido fuerza con figuras públicas y políticos que cuestionan la vacunación obligatoria. Esto ha hecho que la gente ya no confíe tanto en las autoridades de salud y vean la vacunación más como un tema de "mi libertad" en vez de una medida de salud pública.

Los expertos dicen que si no nos ponemos las pilas contra la desinformación, va a ser complicado controlar el sarampión y otras enfermedades que se pueden evitar. Campañas para educar a la gente y meterle mano a la información falsa en redes son algunas de las formas de cambiar esta situación.

La pandemia del COVID-19 también puso su granito de arena para que bajara la vacunación infantil. En 2020 y 2021, muchos niños en Estados Unidos no fueron a sus chequeos de rutina, y se atrasaron con las vacunas. La Conferencia Nacional de Legislaturas Estatales avisa que desde la pandemia no se ha llegado a la meta del 95% de vacunación en todo el país, quedándose en un 93%.

El confinamiento, el cierre de clínicas y el miedo a ir a los centros de salud hicieron que muchas vacunas infantiles no se pusieran a tiempo. En 2020, los pedidos de vacunas pediátricas bajaron notablemente. Estudios dicen que entre un 26% y 41% de las familias en EE. UU. tenían al menos un niño que pospuso o no fue a una visita médica preventiva durante la pandemia.

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