En los hospitales del barrio, la gente se apoya en el departamento de Trabajo Social. Aunque la "Guía para la atención integral en salud de personas adolescentes en República Dominicana" dice que si llega una menor embarazada, el hospital tiene que avisar al Ministerio Público si sospechan de violencia o abuso sexual, esto se ve más en los hospitales públicos que en las clínicas privadas.
Roberto Nina, que ya está dejando su puesto como presidente de la Sociedad Dominicana de Ginecología y Obstetricia, dice que en los hospitales públicos hay una área de Trabajo Social. Cuando reciben la información, empiezan a conectar con otras instituciones del gobierno, como el Consejo Nacional para la Niñez y la Adolescencia (Conani).
Cuando le preguntaron sobre si esto pasa igual en el área privada, él dijo que cree que sí se hace, aunque no tan fuerte porque no tienen esos departamentos.
Por otro lado, Luis Cruz, el subdirector de la Clínica Cruz Jiminián, dice que ahí todas las adolescentes tienen que ir siempre con un adulto, que generalmente son sus madres, y muy pocas veces con sus parejas. “Cuando son adolescentes embarazadas, y más en los barrios más vulnerables, no van con sus parejas. Son parejas que hasta las abandonan y se complica (obtener sus datos), lo idóneo sería de ambas partes, pero mayormente solo se obtienen de la joven embarazada”, dijo el doctor Cruz sobre la identificación del progenitor dentro del historial clínico de la paciente.
La falta de sinceridad de las pacientes complica que los doctores canalicen la información como se debe.
Además, Cruz dice que muchas veces es difícil comunicarse con el Ministerio Público para reportar los casos, por lo que las clínicas privadas se enfocan en los chequeos y cuidados prenatales de la adolescente. “Nosotros le damos su atención”, aseguró como parte central del servicio que ofrecen.
Según su experiencia, el doctor Cruz ve que más adolescentes embarazadas van a los hospitales que a las clínicas privadas. “Las parturientas jóvenes suelen ir a los hospitales públicos”, recalcó.
El documento en su página 109 dice que “En el caso de adolescentes embarazadas menores de 15 años, hay que tener presente que en la mayoría de los casos el embarazo es producto de coerción, violencia o abuso sexual”.
Cualquier contacto entre una víctima menor de edad (menor de 18 años), si el que lo hace es cinco años mayor que la víctima, se considera violación.
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