Juan Tavares, "el coraje de un bombero" en el lío de la discoteca Jet Set

El comandante de operaciones de la Unidad Hurón, que se dedica a buscar y rescatar gente en estructuras caídas, cuenta su historia

Oye, Juan Raymundo Tavares ha pasado la mitad de su vida como bombero voluntario en el Distrito Nacional, ¡25 años ya! Con 51 años, al coronel Tavares, como lo conocen sus panas, le toca dirigir el Departamento de Rescate del Distrito Nacional y también está al mando de las operaciones de la Unidad Hurón, que es experta en búsqueda y rescate en edificios que se han caído.

Justo por esos cargos que tiene, en la madrugada del martes 8 de abril, fue de los primeros que llegó a la discoteca Jet Set que se había desplomado, después de que recibió un mensaje urgente en su celular. Él estaba despierto, bregando en su estudio de grabación, porque también es ingeniero de sonido.

"En el chat de emergencias que tenemos avisaron, pero solo pusieron la dirección, en el momento no sabía que se trataba de la discoteca Jet Set. Activamos la unidad Hurón porque ya habíamos escuchado por radio que la primera unidad de bomberos que llegó estaba pidiendo todo el apoyo posible", cuenta él.

Cuando llegó al lugar, que está en el sector El Portal, entre 1:10 y 1:15 de la madrugada, vio las luces de las ambulancias y las unidades de bomberos que ya estaban ahí. Entre la gente, se encontró con Eliezer Pérez, el hermano del cantante Rubby Pérez, que ya lo conocía de su trabajo en los estudios de grabación. Eliezer le dijo más o menos dónde podría estar Rubby y le pidió que usara todo su conocimiento para rescatarlo.

"Yo le digo: no te preocupes, déjame entrar a ver qué es lo que hay, porque todavía estoy pensando que lo que colapsó fue un pedazo de techo", dijo, sin saber aún qué tan grave era la situación que, hasta hoy, ha cobrado 232 vidas.

"Cuando llegué y veo que todo el techo está en el piso y tantas voces gritando auxilio, mucha gente todavía estaba saliendo en ese momento, sobrevivientes con cortadas en la cara, llorando mucho, desesperados porque mucho de los que pudieron salir, sus compañeros no. Realmente fue un caos", contó al Diario Libre.

Con los equipos que teníamos en las unidades nuestras de rescate, empezamos a romper cosas con taladros, martillos y una herramienta que se llama expandidor o combinado, que es para rescates en vehículos.

"Son bastante potentes, rompen, cortan metal, como también expanden, pueden levantar un gran peso, con esos equipos nosotros empezamos a trabajar inmediatamente. Nos distribuimos y empezamos a hacer hueco, a entrar por debajo de las estructuras que teníamos acceso y había gente ahí mismo y empezamos a liberar todas esas personas", explicó el coronel.

En pocos minutos ya habían liberado entre 18 a 25 personas.

"Teníamos la herramienta de romper, pero no para levantar el gran peso. Luego que sacamos a todo el que estaba de fácil acceso, que estaban atrapados leve, o sea, con sillas, atrapados de los pies que no se podían mover, entonces empezamos a trabajar con las personas que teníamos que romper la losa, romper concreto y levantar vigas, levantar gran peso para poder liberarlas", agregó.

Ahí fue que necesitábamos el soporte de equipo pesado con grúas para levantar los bloques grandes y vigas de concreto.

Según el relato de Tavares, este trabajo es súper delicado, porque al romper con los taladros encima de víctimas atrapadas, les podrías hacer más daño.

"Cuando tú rompes, con ese movimiento puede hacer que una losa o una viga o una estructura bien pesada que esté sobre otra con el movimiento se deslice y se mueva y pueda crear otro colapso o atrapar otra persona o hacerle más daño a las personas que ya estaban dentro de la de la estructura atrapada", indicó.

Para hacer este trabajo, los bomberos se turnaban. "Fue difícil hacer cambio porque nadie quería salir, nadie quería hacer cambio, todo el mundo se quería quedar a ayudar. Yo entré como a las 1:15 al Jet Set y yo salí a las 6:00 de la tarde a tomar mi primer descanso", recordó.

"Nosotros trabajamos 55 horas sin parar, relevándonos, sin parar, todas las instituciones, incluyendo miembros de la Defensa Civil, Cruz Roja, Ejército Nacional, entre otras", contó el bombero.

En su casa, Tavares no es el único que se dedica al rescate; su esposa, Paola Reyes, también es capitana voluntaria del Cuerpo de Bomberos. Ahora mismo, Reyes tiene siete meses de embarazo y no pudo participar en el rescate en el Jet Set, pero estaba pendiente y apoyando a su esposo a través del sistema de radio que usan para comunicarse los bomberos.

"Ella es mi mano derecha, ella es mi todo y trabajamos de mano a mano en las emergencias", afirmó.

El coronel Tavares destacó lo importante que es recibir apoyo psicológico después de cada rescate grande.

"Recibimos también un tratamiento psicológico luego de cada emergencia de esa de gran magnitud porque aunque uno se sienta muy fuerte y preparado para esto, es increíblemente, mucha gente tal vez dice: usted está relajado, pero, es que nosotros tenemos una visión, entramos como en una especie de forma, o sea, nosotros cuando estamos en una emergencia, estamos en emergencia", sostuvo.

Dijo que "cuando ya tú te enfrías, que ya pasa todo, como que uno reacciona y ve el dolor ajeno, ve tanta gente llorando, eso afecta mucho".

Mientras hablaba, hizo una pausa para recordar el momento en que se encontró con el pelotero Octavio Dotel esa madrugada tan triste.

"Era de noche, nosotros escuchamos voces y vemos caras, pero no las identificamos y más que en el momento del colapso las personas ya están sucias o están cortadas y tú no las identificas bien. Yo no sabía quién era Dotel, pero yo hablé mucho con él e inclusive se veía bien", recordó como uno de los momentos más impactantes cuando luego supo que esa misma persona había fallecido.

"Tú no te imaginas, cuando tú haces ese contacto, ese compromiso con esa persona que está atrapada, que tú dices: estamos aquí, te vamos a ayudar, cuenta con nosotros, no te vamos a abandonar. Tú haces ese enlace con ellos, toda esa unión y de repente cuando ya sale, se te va. Eso es fuerte", dijo con tristeza.

Por otro lado, valoró el cariño y la alegría que siente cuando rescata a alguien con vida, así como el respeto y admiración que va ganando el Cuerpo de Bomberos entre la gente.

"Cada vez que sacábamos uno, aplaudíamos. Nos sentíamos felices. Cada vez que hacíamos una cadena pasándonos la víctima uno con otro para hasta llevarla a la ambulancia, eso era un regocijo que teníamos, una felicidad enorme. No tiene palabra para describirlo", aseguró.

El comandante aclaró que la Unidad Hurón está operando desde el año 2011, con formación local e internacional para sus cerca de 120 miembros, de los cuales entre 55 a 60 se mantienen activos constantemente y trabajan de forma autónoma.

"Es una unidad que está preparada para trabajar tres días en cualquier parte del mundo. El Centro de Operaciones de Emergencias (COE) nos utiliza para el país entero. Nosotros somos nacionales", expresó con orgullo.

Además de rescates en estructuras colapsadas, los hurones sacan a las personas atrapadas en ascensores, a quienes se caen en algún hoyo, a los que se accidentan en andamios en edificios grandes o ayudan a bajar de antenas o azoteas a personas con intentos suicidas.

Con toda esta experiencia y habilidades, el coronel Tavares ha estado en otros eventos importantes:

- El terremoto de Haití en 2010

- La explosión en San Cristóbal en 2023

- El derrumbe en el paso a desnivel de la 27 de Febrero con Máximo Gómez en 2023

- El colapso de una tienda de electrodomésticos en La Vega en 2023

Tavares quiere que la Unidad Hurón siga creciendo con más voluntarios y nuevos equipos de trabajo.

"Claro, nos faltan algunas cosas de herramientas más sofisticadas, más complejas, pero, gracias a Dios, que tenemos todos los ojos encima, ya se están haciendo esas gestiones para tener esos equipos esos equipos que nos faltan", indicó.

"Estamos consiguiendo unos equipos más sofisticados que trajeron las personas de Puerto Rico, que son unos detectores de movimiento dentro de las estructuras y que pueden detectar también sonido a baja frecuencia, o sea, cualquier movimiento que hay dentro de la estructura, tú lo puedes detectar con esos equipos", comentó sobre estos equipos que facilitarán las labores de rescate.

Tavares agradeció el apoyo del jefe del Cuerpo de Bomberos del Distrito Nacional, general José Luis Frometa Herasme, y en cuanto a los voluntarios que forman parte, el coronel señaló que ya se ha capacitado a más de 200 miembros de rescate, tanto bomberos, como de la Defensa Civil, y de la Unidad Humanitaria del Ejército.

"Los bomberos del Distrito tenemos un gran personal de voluntarios, somos aproximadamente entre 450 a 500 voluntarios y todavía van entrando más porque que anualmente hay una academia para los voluntarios que ya comenzó ahora en abril", dijo.

"Que sepan que estamos ahí, que sepan la población que tiene un cuerpo de bomberos que está para ellos, que estamos para ellos, estamos capacitados, que nos apoyen, que nos sigan dando el respeto que nos brindan", fue su petición final.

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