El Picasso menos famoso "se pone a charla" con él mismo en la Galería Gagosian de Nueva Yol.

Una exposición única del arte de Picasso en la Gagosian

Oye, mi gente, en la Gagosian de Nueva York se está armando un lío bien chévere con una exposición de más de cincuenta obras de Picasso. La mayoría son de la colección personal de su hija Paloma, y muchas ni se han enseñado antes. Esta vaina empieza desde este viernes y va hasta el 3 de julio.

La exposición, que se llama 'Picasso tête-à-tête', tiene de todo: esculturas, dibujos, pinturas al óleo y hasta unas muñequitas que Picasso hizo para Paloma cuando ella tenía solo 3 añitos. Según Gagosian, este hombre es un "artista prometeico", y aquí se muestran obras desde 1905 hasta 1972.

Lo bacano de esta muestra es que no va en orden. Las piezas están mezcladas, sin orden ni concierto, como en una conversación entre ellas que cada quien tiene que descubrir. No hay letreros ni explicaciones junto a las obras, aunque sí te dan un papelito aparte pa' que te enteres de los detalles. La idea es que primero intentes encontrar la conexión entre las piezas que están "tête-à-tête".

Así puestas, se nota más la cantidad de estilos que Picasso exploró durante décadas, siempre en busca de nuevas tendencias y experimentos. Él nunca quiso quedarse encasillado en un solo estilo. Como él mismo dijo en 1963: "Probablemente soy un pintor sin estilo. Cambio demasiado, me muevo sin parar. Me ves aquí y ya he cambiado, ya estoy en otra parte. Nunca me quedo en un lugar y por eso no tengo estilo".

En 1932, el propio Picasso ya había hecho algo similar, desafiando al público a descubrir las conexiones entre sus obras. Ahora es Paloma la que ha contribuido con buena parte de su colección personal para esta exhibición, incluyendo piezas que no se veían desde hace años, lo cual es raro para un artista tan famoso en cualquier subasta de arte contemporáneo.

Hay al menos diez obras donde Paloma es la estrella, a veces en retratos y en otras como inspiración para unas muñequitas hechas de madera, cartón o lana, todas llamadas "muñeca Paloma", que se presentan en la expo como una familia peculiar.

Pero no todo es el Picasso tierno y paternal: también hay óleos donde él se autorretrata con una modelo en poses un tanto agresivas y confusas, como en los dos cuadros llamados 'El beso', donde ese beso parece más bien un encuentro salvaje.

Entre bustos en bronce, bodegones cubistas y autorretratos, hay muchas pistas para descubrir las mil caras de este artista que nunca deja de sorprender.

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