"El país pierde a un genio humilde": lo que dice Peter Cruz sobre su hermano José Cestero

Mira, te voy a contar cómo fue la cosa con José Cestero, un tiguerazo de verdad. Su hermano, Manuel Alejandro Pérez, mejor conocido en el barrio como Peter Cruz, estaba súper tocado por la muerte de Cestero, y soltó un par de cuentos que de verdad te hacen ver que el tipo era un bacano.

"El país ha perdido a un gran artista, un gran pintor y, sobre todo, a un buen ser humano. Para mí, era el hombre más humilde que más dinero ganó y más dinero regaló a los infelices. Era generoso hasta el extremo: si tenía algo, lo daba, y si no, se quedaba sin nada", dijo Peter.

Según Peter, la genialidad de José no era solo que pintaba bonito, sino que el pana tenía un cerebro de cámara fotográfica, rápido como un rayo. "Tenía una mente fotográfica. Cuando se sentaba a dibujar, era como un relámpago. Era zurdo y nadie podía imitarlo. Podía hacer veinte cuadros en menos de veinte minutos. Dibujaba de memoria, con precisión. Veía un rostro una sola vez y era capaz de retratarlo al detalle", comentó.

José le daba a todo: escultura, óleo, acuarela, gouache, carboncillo, tú nómbralo. Y a diferencia de otros que se duermen en los laureles, el tipo duró más de siete décadas dándole duro al arte. "No hay un solo artista dominicano que haya tenido 77 años de vida artística, productiva, no improductiva. Era una máquina de hacer arte y lo hacía con conocimiento. Podía hablarte de historia, de pintura europea, de arte dominicano. Sabía de todo".

El pana Peter también contó una anécdota que muestra lo auténtico que era Cestero. Un día, en un super, un tipo lo miró medio raro por su pinta. "Él era excéntrico. Le gustaba andar como le daba la gana, con unos tenis viejos, la ropa desaliñada. Un día en Galco, compramos vino, whisky y queso caro. Cuando llegamos a la caja, el dependiente le preguntó si podía pagar. Y él, con toda la calma del mundo, le respondió: ´¿De cuál? ¿De lo inorgánico?´. Eso le costó el empleo al muchacho, porque el dueño lo escuchó y lo votó. José no toleraba el prejuicio".

Y en cuanto a la familia, Peter dice que Cestero era un tipo de carácter fuerte, pero con un corazón del tamaño del mundo. "Tenía un temperamento a veces explosivo, pero era encantador en familia. Algunos amigos me decían que cuando lo veían con la cara seria, mejor no se acercaban. Pero era solo fachada. Lo que tenía era un corazón inmenso".

Vivió en todos lados: Europa, Estados Unidos, México. Compartió con duros como Guadalupe Posada y David Alfaro Siqueiros. Un pintor ecuatoriano muy reconocido dijo una vez que "el único pintor dominicano verdaderamente preparado era José Cestero". Y eso salió en los periódicos.

"Muchos artistas aquí creen que ser pintor es andar bonito. Pero José se preparó mental y psicológicamente para la vida. Nunca buscó aplausos, pero su obra lo inmortalizó. Mi hermano fue una estrella, de las de verdad", concluyó Peter.

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