Mira, en el barrio la cosa es así: Tú sabes que cuando el papá se va después del divorcio, a veces se olvida de la hija. Eso es lo que le está pasando a esta mamá. Ella cuenta que se divorció hace dos años y tiene una niña preciosa de 7 años, pero el papá también se divorció de la hija. No la busca, solo manda el cuarto de la pensión y ya.
La pobre no sabe ya qué hacer para que el tipo busque a su hija, pero él siempre sale con que está ocupado. Para colmo, la familia de él tampoco invita a la carajita a nada. Ella se pregunta qué puede hacer para que ellos quieran estar más pendientes de la niña.
La doctora le dice que lamenta mucho lo que están pasando, que es duro ver cómo alguien que fue parte de su vida se aleja así, pero que no se puede obligar a nadie a sentir algo que no siente. Le dice que no pierda su tiempo tratando de entender al papá, que es mejor que ella se concentre en ser una mamá presente, cariñosa y disponible.
Claro que eso puede afectar a la niña, y así de injusta es la vida, pero ya está claro que esa gente se divorció de las dos. Cuando la niña pregunte, no le mientas, pero tampoco te pongas a hablar de más sobre lo que ellos hacen. Si la niña pregunta por su papá, dile que no sabes por qué no llama.
Y si ella quiere hablar con él, dale la oportunidad, y si él no responde, deja que ella misma se dé cuenta de la realidad y procese su dolor. Lo que sí tienes que hacer siempre es asegurarte de que la niña sienta que es una hija maravillosa.
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